Hoy voy a reflexionar sobre un tema que tiene espinas, no me cansaré de insistir que dicho tema nos interesa a todos y a todas, que hay que erradicarlo desde la reeducación, debería ser a mi entender una asignatura más del colegio para los niños, Concienciar se que en los valores está la capacidad de elección, si una persona es feliz no necesitará destruir, dañar, ursurpar ...
Esta historia es real, tan real como que todos tenemos una María en nuestra vida..
Su verdadero nombre es otro, pero por proteger su intimidad he modificado su identidad, Ahora ella es feliz, con cicatrices, pero libre...Aunque sinceramente el maltrato le robó una infancia digna.
Hola, Mi nombre es María.
Me pusieron el nombre de mi abuela , aunque mi madre esperaba un Mariano, porque aunque yo era muy pequeña para entender el porque de su rechazo su mirada decía mucho , en sus gestos hacia mi persona se notaba que no era agradable mi presencia en su vida...
Y eso es muy duro, entiendo que a algunas personas no les gustes, pero a la persona que te llevó entre sus entrañas durante 9 meses.. es algo que a mis 65 años aun me daña..
Mi infancia la pasé en el pueblo, con mi abuela Jacinta y con mi tía Rosa qué cuando pudo se marchó a servir a la ciudad. todas mujeres, menos mi padre. Pero yo siempre me sentía sola, no recuerdo ni besos ni abrazos de mi mama, nada, ausente totalmente.
Cuando tuve 9 años de edad, mi madre se puso contenta de repente, no lo descubrí hasta que su tripa alcanzó un buen volumen y supe que ahí dentro había un niño o niña..
Mi madre tuvo a su hijo, pero mi hermano no se llamaba Mariano, sino Fernando.
Mi padre no estaba mucho en casa, era marinero, iba y venía constantemente..
Cada vez que venía había un regalo para mi, pero como siempre estaba castigada ¿? no podía disfrutar del obsequio..
Mi padre intentaba poner orden en casa, pero tampoco daba resultado ya que mi abuela era de armas tomar, odiaba todo lo que llevase pantalones,
Creo que mi padre se hizo a la mar para no ver las movidas en casa.
Mi vida estaba ausente de cariño, por eso empecé a creer en un príncipe azul, esperaba pacientemente cumplir la mayoría de edad para tener ese cariño que en mi casa no tenia.
Mi madre se obsesionó con Fernando, él y yo eramos el extremo de su locura.
A Fernando le dio todo lo que a mi me negó,
M i madre me pegaba, empezó con pequeños cachetes, después con la mano abierta, y más tarde con la zapatilla de estar por casa.Para ella todo lo hacia mal, yo intentaba incluso cuidar mi respiración, lo que pasa es que me ahogaba y tosía y entonces vuelta a empezar castigo-cachete-tortas-castigo...
pero para mi era normal, era lo que siempre tuve, hasta que me di cuenta que ello no era bueno porque a mi hermano jamás lo tocó.
Las linde ces de mi madre era llamarme gorda, fea, mal nacida, te pareces a tu abuelo...
Cometí el error de preguntar como era mi abuelo, Los ojos de mi abuela se encendieron y recibí el último castigo, digo el último porque mi abuela poco después falleció.
Si me preguntáis que sentí en su entierro fue culpa, miedo y dolor, porque era mi abuela... sentí que la había matado del disgusto, claro que mi madre me lo recordó siempre.
La muerte de mi abuela fue un antes y después en mi vida.
Me sentí la persona más mala del mundo, ¿ Alguna vez lo habéis pensado? Yo si, y por ello me resigné
Cumplí la mayoría de edad, si, pero no hubo dicho príncipe azul, estaba desteñido..
me casé sin pena ni gloria, pero era el hijo de un amigo de la familia, y tocaba hacerlo.
Mi hermano Fer, pudo estudiar, sacarse una carrera y casarse cuando quiso, eran otros tiempo, me digo a mi misma.
No tuve hijos, no me los dio la vida, con mi marido era un hombre que casi siempre permanecía en silencio.
Ese silencio me advertía que iba a darme un cachete, o un tortazo, pero no, jamás me puso la mano encima, por eso me regaló su silencio.
No sé que es peor que te ignoren, o te peguen por todo..
Acabo de ir al hospital, mi madre está ingresada, no le queda mucho tiempo de vida.
Nos hemos juntado en la habitación solo tres personas , mi hermano mi tía Rosa. y yo.
Mi hermano Fer, me ha dado un abrazo efusivo, me quiere mucho, yo tbn a él a pesar de sus privilegios con nuestra madre.
Mi tía Ro si, me ha dicho Hola, nada más, seco y sin mirarme a la cara.
No entiendo a esta familia que me ha tocado, siempre están de mal humor, mientras pronunciaba estas únicas palabras hacia mi, he visto en su dedo un anillo muy grande, reluciente...
Creo que se ha dado cuenta, porque acto seguido ha escondido la mano en el bolsillo del abrigo.
Mi madre ha querido hablar commigo, a solas, me temo lo peor..
Veo a cámara lenta como se va mi hermano, me sonríe, y me pregunta si le necesito, yo no sé que contestar, por eso, oso por el silencio.
Mi tía Rosita, se ha ido ya.. parecía que tenia prisa por irse..
Me acerco a mi madre, que está tumbada en una cama de hospital de una ciudad cualquiera.
Mientras me aproximo, mis piernas pesan.. las arrastro como puedo..
me siento, ella se aproxima a mi, antes tose, y saca de su boca el caramelo de menta que minutos antes estaba saboreando..
No se como plasmar lo que me dijo, pero he de hacerlo..
ahí va
-María, yo no soy tu madre.
-¿Que?
Esta mujer de liria.. pienso.
-María siento mucho el daño que te he ocasionado, lo se, me pasé , yo no sabía como hacerlo, te acusé a ti, de los cuernos que me puso mi marido con mi hermana Rosita, y como yo no podía tener niños pues te acogí a ti, y, yo que sé, pero lo siento mucho. esto es mio, vamos que es como yo lo hubiese dicho.
lo de ella . MARÍA, YO NO SOY TU MADRE. TU MADRE ES TU TÍA ROSA.
Casi me desmayó menos mal que mi estaba en un hospital, ahora entiendo todo pero ahora que se la verdad del porque de todo ¿ DEBO JUSTIFICAR SUS MALOS TRATOS ? ¿ QUE PIENSAS?
gracias por leer mi primera parte de mi historia. firmado María.
No hay comentarios:
Publicar un comentario